A medida que se acerca la celebración de los Juegos Olímpicos de Verano en París, las autoridades francesas han tomado medidas controvertidas para “limpiar” la ciudad, desalojando y expulsando a personas sin hogar de las calles y campamentos.
Esta iniciativa ha sido criticada por grupos defensores de los derechos humanos y organizaciones que trabajan con personas sin hogar, quienes la califican como una práctica inhumana y una violación a los derechos básicos de estas personas vulnerables.
Las expulsiones se han intensificado en las últimas semanas, coincidiendo con el conteo regresivo de 100 días para el inicio de las justas olímpicas.
Docenas de personas sin hogar, incluyendo familias con niños, han sido desalojadas de sus refugios improvisados en plazas y parques públicos, siendo trasladados a centros de alojamiento temporal ubicados en las afueras de la ciudad.
Los críticos argumentan que estas medidas no son una solución real al problema de la falta de vivienda, sino que simplemente buscan ocultar la realidad de la pobreza y la marginación social a los ojos de los turistas y visitantes que llegarán a París durante los Juegos Olímpicos.
“Están barriendo a los pobres bajo la alfombra”, declaró un representante de una organización humanitaria local. “No están resolviendo el problema de la falta de vivienda, solo lo están escondiendo.”
Las personas afectadas por los desalojos han expresado su indignación y frustración. Muchos temen ser separados de sus familias y amigos, y no tener acceso a los servicios básicos que necesitan en los centros de alojamiento temporal.
“No somos criminales”, dijo un hombre sin hogar que fue desalojado de un campamento. “Solo estamos tratando de sobrevivir. No merecemos ser tratados de esta manera.”
La situación ha generado un debate público sobre la responsabilidad del gobierno francés hacia las personas sin hogar, y ha puesto de relieve las profundas desigualdades sociales que existen en el país.
Se espera que las expulsiones continúen en las próximas semanas, a medida que París se prepara para recibir a miles de atletas, turistas y visitantes durante los Juegos Olímpicos.
Es importante destacar que esta situación no es única de París. En otras ciudades que han organizado eventos deportivos de gran magnitud, como Río de Janeiro y Vancouver, también se han documentado casos de desalojos y expulsiones de personas sin hogar.
El caso de París sirve como un recordatorio de la necesidad de abordar de manera integral y humana el problema de la falta de vivienda, y de garantizar que los derechos básicos de todas las personas sean respetados, independientemente de su condición social o económica.