La nadadora estadounidense Lia Thomas no podrá competir en los próximos Juegos Olímpicos de París 2024. Esto se debe a que perdió una batalla legal contra la Federación Internacional de Natación (World Aquatics) sobre su elegibilidad para competir en la categoría femenina.
Thomas, quien inició su transición en 2019, se convirtió en la primera mujer transgénero en ganar un título individual de la División I de la NCAA en natación cuando triunfó en las 500 yardas libres femeninas en 2022. Su victoria generó un intenso debate sobre la participación de atletas transgénero en el deporte femenino.
En mayo de 2022, World Aquatics anunció una nueva política que restringe la participación de las mujeres transgénero en la natación femenina de élite. La política exige que las atletas transgénero hayan completado la transición al menos un año antes de competir y que sus niveles de testosterona sean inferiores a un cierto umbral.
Thomas impugnó esta política ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), pero el tribunal falló en su contra el 13 de junio de 2024. La decisión del TAS significa que Thomas no podrá competir en los Juegos Olímpicos de París a menos que World Aquatics cambie sus reglas.
La decisión del TAS ha sido recibida con reacciones mixtas. Algunos grupos defensores de los derechos transgénero han calificado la decisión de “discriminatoria” e “injusta”. Otros han argumentado que la decisión es necesaria para garantizar la equidad en el deporte femenino.
El futuro de la participación de las atletas transgénero en el deporte sigue siendo incierto. Es probable que la decisión del TAS tenga un impacto significativo en las políticas de otros deportes y organizaciones.